Comprendí la compasión, sentí el dolor ajeno, sentí el dolor de la realidad y no pude contener mi llanto.
Anoche fue cuando realmente fui yo. Anoche era persona, no era ni siquiera Guillermo, no era bisexual, no era idealista, no era hijo, no era nada, lo era todo y era alma viviente.
De las veces que he llorado, que son muy pocas pues soy muy duro para llorar, ayer... la primera lágrima que brotó salió directa del corazón.
Hice un repaso a lo que creo que sé, injusticias, discriminación, violencia, guerras, problemas, muerte, infelicidad, intolerancia, felicidad, amor, belleza, justicia, aceptación, comprensión, respeto...
Lloré por mí, por ti, por Dios, por mi duda, lloré por el otro, sentí la pena del mundo sobre mis ojos y estos no pudieron aguantarla sin llorar, no pude evitar sentir llorar por todo y todos.
Ante todo dejo de ser un poco para poder comprender el ser del otro y ayer dejé de ser completamente, sentía que el llanto salía de lo más profundo de mi ser, atravesó barreras como el agua se filtra por la roca.
Algo en mí murió y volvió a nacer, pero dime ¿por qué? ¿por qué el sentimiento? ¿por qué esta conciencia?.
¿Es cierto que siento miedo a tu existencia? Pero es tan perfecto todo... está tan perfectamente calculado... es todo tan inteligente...
Y tú profeta que perseguido fuiste dijiste lo que hoy me hace sentir reflejado:
Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos.
Felices son los que se lamentan, puesto que ellos serán consolados.
Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra.
Felices son los que tienen hambre y sed de justicia, puesto que ellos serán saciados.
Felices son los misericordiosos, puesto que a ellos se les mostrará misericordia.
Felices son los de corazón puro, puesto que ellos verán a Dios.
Felices son los pacíficos puesto que a ellos se les llamará hijos de Dios.
Felices son los que han sido perseguidos por causa de la justicia, puesto que a ellos pertence ele reino de los cielos.
Arduo camino recorro solo, fructífera recompensa cojo...
