Ahora bien, alejándonos del Dios que anda en boca de todos, del Dios sonante y cantante que todos otorgan como "omnipresente" ¿Dónde queda ese Dios?
Yo bien, pienso que Dios ha muerto y se ha reencarnado en los humanos pues antaño a estos nadie poseía el poder de crear y destruir, de juzgar y razonar.
La muerte de Dios empieza cuando el humano nació. Esa criatura con un pensamiento tan asombroso, benévolo y benefactor.
No por decir esto, debemos exaltar al humano de omnipresente ni todopoderoso, al contrario, hay que otorgarle el nombre de imperfecto, modificador y corrector. El humano ha modificado a Dios y ahora este, es su holograma, su imagen representada y por el simple hecho de que el humano exista, le convierte en el asesino de Dios.
Pero Dios ha otorgado al humano el poder de la imperfección pues si fuese este perfecto no habría cambio alguno en su evolución.
¿No puede ser el humano justo?, ¿misericordioso?, ¿bondadoso?, ¿rector?, ¿maestro?, ¿malvado?, ¿no posee él el poder de creador?, ¿acaso el humano no crea vida y a su vez no es capaz de destruirla?, ¿quién más que el humano es capaz de someter la evolución a él?, su imaginación se desborda con su poder y por poseer razón (inteligencia) y manos le convierte en dador y robador de la vida.
Veamos el humano actual, este humano se ha olvidado de lo que puede ser, no de lo que es. ¿Cómo un ser que posee tanto poder se somete a leyes absurdas, cómo evita la razón?
Todos y cada uno de los humanos es una pequeña semilla de Dios que es capaz de razonar y aprender para más tarde instruir. Si un día Dios existió, este se desintegró y dejó en el humano una pizca de su ser, una pizca incompleta.
Es por eso que el humano de hoy día es incompleto, porque ha sufrido a lo que denomino Pangea Humano, está incompleto y ya se cree Dios completo, es soberbio e irracional, es un demonio. La humanidad es comparada a un puzzle y se ha dejado abrumar por su complejidad, lo ha consumido el interés el cual es también el motor que propulsa el Pangea Humano, y cada vez se separa más de su verdadera esencia, en vez de hallarse así mismo, se ha hallado en un trozo de papel pero en sí, está perdido.
No hay equilibrio entre el interior y exterior, hoy día hay un abuso de la exterioridad, de lo superficial.
Individualmente nunca se hallará pues ha de juntarse para poder demostrar que es un árbol difícil de quebrantar, pero es justamente al contrario, el humano actual es frágil y asustadizo.
Dicho Pangea Humano nos aleja de la verdadera razón. El acontecimiento llamado Pangea entre continentes ha contagiado al hombre y ya no es un supercontinente sino una isla que espera con miedo, un próximo tsunami que le hunda en su propia confusión.
