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domingo, 30 de enero de 2011

Siembra y recogerás.

He estado esta última semana muy enfermo y mis ganas de escribir han caído en picado como la bolsa.
Hay una cosa que me he estado debatiendo y más desde que me he visto Good Will Hunting, una gran película.
Sé que tengo un trauma y esa película ha marcado un antes y un después en mí... me ha echo ver lo que causa mi trauma.
Pero, es algo que no solventará nadie de mi al rededor, hay una persona como Jhon que me está esperando para hablar y ya me ayudará.
Intento seguir la expectativa de Sócrates ·El primer paso es reconocer la ignorancia; soy ignorante·
He vivido con ello desde mi infancia y por desgracia es algo que no olvidaré nunca, por desgracia es mayor que cualquier recuerdo bonito y tendré que lidiar con ello.
Pese a ello, intento sembrar algo mejor, lo intento... no quiero recoger semillas negras.
Me pregunto si es eso lo que me hace distinto, me pregunto qué me hace distinto.
Las películas son un reflejo de lo que de verdad pasa y se refleja que es la realidad, pero son un buen método para apreciar la realidad que se refleja.

Por que la vida supera a la ficción.

martes, 18 de enero de 2011

Ser humano.

Es tan... complicado ser humano. Tenemos tanto poder. En nuestras manos reside parte del poder de la creación y de destrucción.
Lo que nos hace humanos... ya está dicho, el sentimiento. Es la capacidad que tenemos que darnos cuenta de los lazos que podamos tener, de destruirlos, de unirlos, de hacerlos más fuertes.
Llegué a casa y me preparé el almuerzo, una vez terminé me dispuse a limpiar la mesa, y en ella antes de pasar el paño vi una pequeña y linda babosa.
La cogí y la palpé, la toqué y la observé un rato. No sé cómo, pero la sentí.... fue un lazo, ese lazo natural que tenemos. Es el lazo natural, ella viene del mismo lugar que yo, parte del mismo mundo, de la misma naturaleza.
Y la vi, y no tenía miedo, no se escondía ni se arrumaba para dentro, más bien exploraba.
Es increíble poder ver una vida en tus manos y la facilidad que tiene apretar el dedo, y matarla.
Para sentir eso, hay que ver el lazo natural. Para poder verla, no sólo superficialmente, ni me refiero a sus órganos, es algo más espiritual, algo que nos hace feliz.
Si todos entendiéramos eso, no existiría cambio climático, ni extinción de especies, ni injusticia natural.
No sé por qué analizo tanto lo que tengo, no sé por qué aunque intente no hacerlo, veo algo más. Veo un lazo, es una especie de entendimiento que puedo centrar en mi exterior, verlo en el mundo pero no en mí.
Me he pasado al rededor de media hora pensando qué hacer con la babosa, mi casa está rodeada y rodeada de edificios, ni un parque natural. Y así pasa en casi todo el mundo.
¿Qué hice? Salir de casa y buscar dónde dejarla, me sentía y me siento responsable de lo que le ocurra.
Al doblar un par de esquinas, había una calle con varios árboles y en uno de ellos la dejé.
Espero que le agrade el lugar, y mea culpa pues no encontré mejor sitio... es triste ver cómo hemos dejado de lado nuestro lado natural y cada vez desarrollamos más el egoísmo, hoy puedo decir que si no dependiéramos de los animales, ya no existirían. Hubiéramos destruido miles y miles de hectáreas naturales con el fin de la explotación y adquisición de nueva materia prima.
Ya no hay derecho para esa pobre babosa ni para otro ser vivo que no se pueda usar para el beneficio humano, puede ser espichada por un coche, morir por escasez de alimento o de agua.
Ya no hay derecho para nadie más que no sea el Ser humano e incluso entre nosotros nos dejamos morir.
Es tan poca la importancia que le damos a lo espiritual, a lo que trasciende del alma, a la esencia de la vida al verdadero interior. Y creéis que lo material nos dará felicidad, que entre más tecnología más sentido daremos a nuestras vidas.
Pero... ¿cómo diablos podemos hacer eso? ¿cómo diablos podemos aferrar nuestra vida a un billete o a un círculo de cobre o a una industria? ¿cómo podemos ser tan extremistas?.
No entiendo cómo aferramos el sentido de vivir a un billete que puede romperse, que puede desintegrarse y no valer nada, a una moneda que la oxida el tiempo, a una industria que puede caer, ¿cómo coño no veis ese lazo natural, ese lazo intelectual que nos ha brindado la naturaleza?
Ese lazo, ese intelecto, ese entendimiento no se rompe con los dedos, ni se desintegra sin más, no lo oxida el tiempo, tiene vida, tiene pulso... Ese lazo no cae, ese lazo una vez lo vemos y lo entendemos, nos acompañará por siempre. Pero el egoísmo por darle tanto valor a la mierda que hay hoy en día, por darle tanta importancia a querer explotar, a seguir consumiendo en exceso a sobrepasar límites insospechables ha manchado, ha creado una neblina tóxica, contagiosa, un virus que no tiene cura hoy día.
Un aire contaminante que empaña nuestra vista y nos complica el poder valorar más aquello que sí es un sentido de vida, que se siente en el interior.
Me creáis o no, he querido llorar al escribir esto y perdonar si no me explico bien, pero siento rabia, siento asco, siento impotencia.
No creáis que estoy en desacuerdo con la economía, pues estoy de acuerdo, pero... no la usamos bien, no la estamos administrando correctamente y estamos dejando que nos controle.
Pues ya hay un Dios, ya lo podéis tocar y palpar y usarlo para vuestro beneficio. Ya le podéis rezar para que os ayude, ya lo podéis ver de dos formas; en forma de rectángulo de papel y en un círculo metálico.
Me he jurado a mí mismo, que un día haría entender lo que en mi memoria entiendo, pero tengo que esperar.

Espero que sigas así, no te vuelvas nunca ni evoluciones nunca como nosotros.
Y como no, espero que sigas viva.

martes, 11 de enero de 2011

Capítulo 1; el amor toca la puerta.

Hoy quiero alejarme del mundo, no quiero pensar en el instituto, ni en el dinero, ni en nada. Quiero darme unos minutos, quiero contaros una pequeña historia, una historia la cual relata cómo de una tragedia podemos sacar algo bonito, algo hermoso que es la reflexión de un hecho vivido. El intentar sacar un rayo de luz en una noche oscura.
Puedo tardar varias entradas, pues intentaré desarrollar esta pequeña novela. Agradecería que comentarais si queréis, vuestra opinión. 



Capítulo 1; el amor toca la puerta.

Nunca sabemos cuando la vida nos va a dar una sorpresa. Puede ser en cuestión de minutos, incluso segundos. Todo lo que creemos que es no es. Todo puede cambiar drásticamente, no sabemos en qué sitio nacerá una nueva y hermosa flor y en cual morirá una. Ni yo, ni tú sabemos si será mañana cuando caigas enamorada.

El turno que me había tocado hoy era de noche, al parecer pintaba tranquila. Unos contados pacientes entraban con síntomas de resfriado, algún hueso roto, una que otra lesión...
Me tomé un descanso y me preparé un té mientras veía una serie policíaca en la pequeña televisión que teníamos en la sala de enfermería.
No tardó en revolucionarse la noche cuando la sirena de una ambulancia acercarse se oía. Rápidamente salí y me reuní con el resto de enfermeros y enfermeras que estaban en la puerta de entrada.
Los para-médicos abrieron la ambulancia y de ella sacaron a un joven en la camilla.
-Ha sufrido un paro cardíaco, el paciente sufre del corazón y tiene una crisis cardíaca, necesita una intervención de inmediato-.
El chico tenía la vista perdida, no podía situarla en un sitio fijo. De forma inmediata le ingresaron en cuidados intensivos. No tardaron más de diez minutos y ya tenía el electrocardiógrafo conectado, yo estaba a su lado conectando por vía sanguínea el suero. 
Sus ojos de un momento a otro se postraron en los míos, estaba agobiado.
-Tranquilo, se recuperará, está en buenas manos- su cuerpo temblaba y al cabo de unos segundos cesó.
El médico hizo un chequeo y anotó todos los síntomas que percibía.
Salí de la sala, pero preocupada. Algo en ese joven había captado mi atención.
Pasó la noche y no dejé de pasar constantemente por su habitación, comprobando su estado. Prácticamente no pegué ojo.
-Sherlyn, puedes irte ya, llevas una hora más extra, necesitas descansar. Él queda en buenas manos- mi compañera de trabajo Rose estaba preocupada, llevaba toda la noche en vela y era cierto, necesitaba descansar.
-Si ocurre algo, cualquier reacción llámame, si despierta o empeora, cualquier cosa- asintió, me quedé algo tranquila, confiaba en el equipo médico que le asistía.
Recogí todas mis cosas y me fui a casa, eran las 6:25 a.m y la ciudad empezaba a despertar. Al ser tan temprano no tardé mucho en llegar a casa pues a esa hora no había mucho tráfico.
Me deshice del uniforme y me metí en la ducha. El agua caliente relajaba mis músculos y mi mente.
No quería comer, así que me fui a la cama...
Pasaron 6 horas y el teléfono de casa sonó. El ruido del teléfono me despertó y salí escopeteada de la cama directa a contestar.
-¿Diga?- era del hospital.
-¿Sherlyn? Soy yo, Rose. El paciente ha despertado y pregunta por ti. Te ha descrito; cabello recogido de color castaño, ojos marrones, un lunar en el labio- atónita me despedí de inmediato y recogí todo lo necesario. Me cepillé un poco el pelo a la vez que me cepillaba los dientes, agarré otro uniforme y el bolso.
En menos de veinte minutos estaba en el hospital, volé por los pasillos rumbo a la sala de enfermería.
-¿Rose?- esperé una respuesta.
-¡Sherlyn! ya estás aquí, corre cámbiate, te está esperando- tenía interés en ver su estado así que afanada, me cambié.
El uniforme de enfermera se ciñó al cuerpo, siempre que lo tenía puesto pensaba que me hacía un buen tipo.
Me recogí el pelo y me puse el gorrito blanco, acto seguido tomé camino a su habitación, la habitación 07.
-Toma, su historial médico- agarré el papel y leí.
William Smith, su nombre.
Era un chico sano, excepto por tener problemas del corazón. Antes de darme cuenta había llegado a su habitación. La habitación estaba rodeada de vidrieras, para facilitar el seguimiento de los pacientes y así poder observarles mejor.
Tenía los ojos cerrados. Abrí la puerta y entré, al momento abrió los ojos, en su rostro ya se marcaba su ánimo.
-Hola enfermera- la voz pintaba algo débil y lenta, normal para estar en proceso de recuperación.
-Me han notificado que había preguntado por mi pero, ¿qué tal te has levantado?- su mirada, no paraba de observarme.
-La verdad, estoy algo mejor. Me molestan tantos cables y aparatejos- observé el electrocardiógrafo y pintaba mejor que horas atrás.
-No me has contestado a la primera pregunta- medio sonrió.
-Ah, disculpa, pensaba que lo habías afirmado en vez de preguntarlo- mi mirada se cruzó con la suya -Y sí, pregunté por usted porque es el único recuerdo alentador que tengo del suplicio que viví-.
-Es lo que siempre decimos para alentar al paciente y como verá se ha puesto mejor- di un rodeo a la habitación y me acerqué a él para examinar su estado físico, empecé por los ojos.
-Pues sirvió. Por cierto, bonitos ojos enfermera- endurecí mi rostro -¡Oh!, disculpe, no quise ser descortés-
Ignorando su comentario observé el suero y leí la medicación que le estaban administrando.
-Se recuperará pronto, si tiene suerte mañana le daremos de alta- me di la vuelta y me dirigí a la salida, su voz frenó mi paso antes de salir.
-Pues espero recaer, ¿quién ha dicho que me quiera ir?- le lancé una mirada seria, muy seca para mi gusto.
-¡No diga eso ni en broma, podría morir!- su sonrisa era pícara, demostrando algo más, algo de... diversión.
-Espero que sea usted quien me venga a despedir- era realmente mono, no sólo por lo que decía sino por su aspecto. Su pelo no era corto ni largo, estaba despeinado y tenía una tonalidad castaña oscura, poseía una fila de dientes perfectos y blancos, un Adonis herido. El típico prototipo que enamora y que cualquier jovenzuela loca se enamoraría de su encanto, se encontraba tumbado en la camilla, a merced de mis cuidados y yo era esa jovenzuela loca, subiéndome a un barco el cual no sabía a dónde pararía.

lunes, 10 de enero de 2011

10 de Enero del 2011. Feliz cumpleaños, mamá.


Hoy es el cumpleaños de mamá y la tengo a más de 10.200km de distancia.
Recuerdo que al principio de su partida, pensaba lo duro que podría ser vivir sin padres, vivir prácticamente solo...
Pero como sabéis, nunca se sabe cuan profundo es un charco hasta que no se mete la pata, pues yo la metí y... tiene relieve, mucho relieve.
Estas navidades, la pasé sin familia, sin nadie que por sus venas, corriera mi misma sangre. Fueron navidades postizas.
Pero... pese a lo solo que me pueda sentir, me gusta, me ha gustado mucho estar solo pues me ha ayudado a comprender pequeñas cosas, cosas que... antes me hacían feliz y no lo sabía y ahora extraño:
Levantarme y ver a mi madre preparando el almuerzo siempre tan preocupada por mí, por que esté bien.
Llegar a casa y mmm, saborear la rica comida que hace mamá.
Esperar a que llegase y oírla gritar... -¡LOS PLATOS ESTÁN SUCIOS!-, -¿NO TIENES DEBERES?-, -TU HABITACIÓN PARECE UNA FERIA DE CIRCO, ¿VIVEN LEONES O UNA PERSONA AHÍ?-.
Hoy no oigo nada... mis recuerdos se ahogan en la música de fondo.
Aprendí también que amo a mi madre, pese a todas las cosas. Esa mujer está siempre dispuesta a hacer todo y nada por mí. Comprendí lo mucho que aguantó enseñándome muchas cosas y yo... le gritaba y respondía de mala manera por que no sabía para qué servía el ratón del ordenador.
Pero así somos todos los hijos, todos nos quejamos de nuestras madres o padres, todos nos lamentamos de que son unos cabrones o que no nos quieren dejar vivir.
Pero entendí, el miedo que siente mi madre al pensar en los muchos peligros que hay fuera de casa, lejos de ella.
Me aterroricé al pensar en el día que fuera padre y pensé que mi hijo podría ser atropellado o secuestrado o robado, le podrían atacar, podría pasarle algo, le amaría demasiado como para permitir que algo le pasase...
Entendí, las innumerables veces en las que recuerdo recibir la llamada de mi madre o de mi padre preguntando ¿qué hago?, y yo me limitaba a responder... -Deja de llamar que estoy bien, joder, pesada/o-.
Entendí absolutamente todas sus palabras, el preocuparse en dónde estaba, el afán por querer saber quienes son mis amigos....
Digo yo que el amor de una madre no entiende de imposibles, por muy malas que parezcan, en el fondo, todos las amamos con locura. Incluso aquellos que no la conocen quieren hacerlo o aquellos que tuvieron o tienen una madre realmente mezquina quieren que sea buena, por que la aman.
Siento nostalgia, siento amor, siento ganas de abrazarla....
Voy a llamar a mi mamá, quiero decirle lo mucho que la quiero, lo mucho que la echo de menos, la felicitaré nuevamente y nuevamente me haré el durito, y le diré que estoy bien para que esté tranquila cuando en realidad, estoy llorando por ella.
Ni un millón de palabras, ni todo el dinero del mundo, ni regalarte una estrella o la luna misma, bastaría para agradecerte lo mucho que te debo.
Y sé que cuando vuelvas, volveré a decir lo mismo una y otra vez, pero esta vez será distinto, esta vez en el fondo me alegraré de oírte gritar, me alegraré de que me hagas reír, me hagas enfadar, me hagas gritar...
Por que gracias a ti, ahora comprendo tantas cosas y valoro tantas cosas y tan pequeñas que son, que forman una montaña de felicidad.

Te amo mamá =).
Que mi nostalgia sea la copa, mi alegría el champán y junto a ti, brindar.

sábado, 8 de enero de 2011

Trozos de tarta.

Diferencias.
El día que tuve hoy, lo tomo productivo. Entendí la diferencia que causa la edad, ante la compatibilidad con otras.
Hace poco vi una película, Gandhi y me hizo entender que en esta actualidad, no en la que luchó él. Hay diferentes tipos de personas, unas más grandes que otras, unas con menos capacidad de reflexión, otras con más fuerza de liderazgo. En definitiva existen los líderes y los liderados.
El líder aquel con la capacidad y fuerza suficiente para dar fuerza al conjunto de personas, el que aporta esa iniciativa primordial.
Los liderados, no menos importantes, son los que siguen el camino que pisa primero el líder, sin liderados un líder no haría nada, pues la unión hace la fuerza.
Digo esto, para explicar la diferencia que existen entre persona y persona, una que puede tener una habilidad mayor que la otra y viceversa.
Dejo de escribir, me siento genial, soñando y soñando me voy patinando. ¡Iorolé!

sábado, 1 de enero de 2011

Nightmare


Y la pesadilla empezó, vi como se caía, pasó todo en un segundo, en el cual mi mente obligó a mi cuerpo entero lanzarme directo a ella.
Como si la vida me fuera en ello, como un niño cuando su globo se va volando y corre tras él, corrí tras ella.
Sentí el calor de sus manos, las cuales apretaban sin piedad las mías, su cuerpo pendía en un vacío y no podía soltarla.
Recé e imploré, pero ningún ser superior iba a ayudarme, nadie más que nosotros dos sentía esa desesperación y sólo estábamos ella y yo...
Me costaba mantenerla, sentía que se resbalaba de mis manos, que desaparecía entre mis dedos como la arena.
-¡Suéltame!, caerás tú también si me intentas mantener, no quiero que mueras, ¡suéltame!- una lágrima cayó por sus mejillas pálidas, sabía lo grave que era la situación.
Yo estaba tumbado en el borde de aquel abismo, sin las fuerzas necesarias para levantarme, sin fuerzas para respirar pues la presión del suelo, me comprimía el pecho. El vacío que ejercía la pendiente, la fuerza de la gravedad y su peso, me arrastraban. No tenía más que medio cuerpo sobre la tierra.
-Nunca, nunca lo haré, si mi cuerpo y mis fuerzas perecen, será mi alma la que quede aquí aferrada junto a la tuya, pues prefiero morir viéndote que vivir sin poder tenerte-.
Y así fue como nos salvamos, seguimos vivos, aunque nuestros cuerpos se encuentren inertes, nuestras almas siguen en aquel lugar, aferradas entre sí, con el fin de nunca soltarse.

BlackFrog

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