Señorito Guillermo.

Querido Guille:

Hoy te escribo esta carta, para contarte las pequeñas ilusiones, los acontecimientos que he vivido.
Quisiera que leyeras esta carta y la entendieras por que son tantas las cosas que tengo por decirte...
Todo a como piensas que son las cosas cambiarán, todo dará un cambio inesperado en tu vida, todo será muy distinto a como lo ves.
Me gustaría... me gustaría que aún en mi perviviera la inocencia, esa alma tan noble y pura, sin oxido ni corrosión.
Ya no es la misma y cada vez se oxida más, la salitre y el continuo golpe del viento y el jable van desgastando tus sueños.
Ese golpe que impacta de lleno van dejando pequeños vacíos, agujeros que dañan.
Continua creyendo en tu ilusión diaria, y no te dejes llevar por los demás.
Cometí muchos errores, de los cuales no quiero que tú cometas.
He crecido rápido y veloz por no haberme tapado los ojos cuando tuve que hacerlo, por ser tan caprichoso y cabezota he tenido que sufrir, ver, sentir y oír tantas cosas...
Cosas que al principio me dolían, pero que con el tiempo me han construido una enorme barrera, una barrera con forma de máscara metálica impenetrable.
Si supieras que ahora soy un puto cobarde, miento y escondo lo que siento, corro detrás de esa máscara en la cual me siento seguro.
Yo no quería esa máscara, no quería que fuera lo que ahora me representa, lo que ahora oculta falsamente... cosas.
A todo esto, si lo entendieras, comprenderías que la vida no es fácil.

Se llora, se angustia, se desespera, se ríe, se alegra, se enfada, se cela, se ciega, se golpea, se besa, se toca...
Es tan hermosa... esa inocencia que posees.
Debes saber que te la arrebataran, tú no la tirarás, serán los golpes que sufrirás que es como coger un puñado de arena e intentar levantarlo al aire sin que cada grano se valla yendo y vuele junto a él.
Sinceramente, la he pasado mal y ahora mismo no estoy muy bien que digamos, pero tanto como he aprendido a que se vive mal, se sufre... se aprende que también se ríe.
Vivirás momentos en los que te sentirás único, querido, amado.
Te sentirás la persona más afortunada del mundo.
También te sentirás la peor, pero habrá siempre una persona que te abrazará.
Valora como yo valoro mis amistades, aprende a distinguir el bien del mal, crece y madura como persona.
No vivas la vida por que simplemente tu corazón late, aprovecha cada latido, cada momento, cada segundo pues no sabes cuando dejará de latir.
Aún me queda un largo recorrido, pero te escribo ahora para que cuando llegues a este tramo donde estoy, no te veas solo, no te sientas abatido pues muchas cosas aprenderás.
Aprenderás que no hay que juzgar nada, aprenderás que nunca se debe decir; "yo de este agua no beberé".
Ay, ay ay... querido Guille... la vida es un regalo, un regalo peligroso que no trae manual de instrucciones.
Es tan difícil, tan difícil saber cómo actuar y qué decir.
Lágrimas son ahora mi tinta, la experiencia la pluma desde la que escribo, aún quiero vivir, quiero cambiar cosas del mundo a mejor.
Tengo una meta y tú también la tienes, tenemos que seguir, junto en la distancia, pero caminando en el mismo ser.