Crisis.

Crisis, pero no lo que todos pensasteis al ver dicha palabra. No me refiero a una crisis económica -la cual existe- me refiero a otro tipo de crisis que en tiempos de abundancia económica o no, existe, crisis que existe desde que nacemos hasta que morimos.
Debo empezar diciendo que todo, absolutamente todo en la vida tiene que tener importancia; nada debe descuidarse.
¿Es difícil estar en todo? no, pero si estás acostumbrado a ir dejando o esquivando las cosas que tienes que desempeñar, no te acostumbras. Un ejemplo muy claro: -Bah estamos empezando, estudiaré luego, en el segundo trimestre o tercer, me meto la carrerilla y saco todo-.
Sí, yo lo he hecho, pero no quiero seguir así, no quiero seguir como estoy yendo, quiero mejorar.
Y si quiero cambiar mi mundo, primero he de cambiar yo.
En mi opinión y creo que muchos la compartiréis conmigo; el simple hecho de haber luchado para salir del vientre materno, nos convierte consciente o inconscientemente en personas, personas preparadas para afrontar la vida y sus retos. 
Es normal que cuando suframos una crisis o problema, centremos todo, completamente toda nuestra atención a dicho problema o distorsión de nuestro estado <normal>.
Mientras se sufre una crisis, no debes cuestionarte ¿Por qué me ocurre esto a mi? ¿Tan malo/a he sido?.
¡NO!.
Has nacido, has luchado por crecer, tu instinto nato de querer desarrollarte cumple su función día a día.
Pero de nada sirve si naces y no te preocupas por los componentes de la vida. Si pones sal -que es un componente- a la carne, a la ensalada, al arroz. Pon también el componente a tu vida, el cual es reflexionar, aprender.
Los problemas son crisis disfrazadas, de los problemas podemos aprender y mucho, podemos aprender y rectificar de lo que estaba mal, todo, por tener una vida más satisfactoria, por intentar tener un mínimo índice de interés por vivir bien.
Hay un elemento clave en nuestro aprendizaje y es que, así como aprendiste solo/a a querer a otros, a sentir algo especial por otra persona, ¡APRENDE A DESPRENDERTE DE ELLO!.
Es duro y cruel, pero está moralmente bien planteado, así como hacemos daño en los demás, los demás lo hacen en nosotros.
De ahí a que en el momento que te aferres a algo, sepas que tarde o temprano tienes que desprenderte de ello.
Las crisis nos ayudan a derribar barreras y tentar nuevas posibilidades del futuro, posibilidades que, aunque te parezcan y nos parezcan totalmente desconocidas e insólitas, son más auténticas que todo aquello por que has estado viviendo hasta la fecha de hoy.
Lo nuevo y lo desconocido, es mejor, es una nueva forma de aprender, de crecer e instruirte como persona.
Todos queremos ser personas, todos queremos una vida mejor, pero no es con los lujos ni con las comodidades con las que conseguiremos una mejor vida.
Si no con el espíritu, como ya he dicho, desde nuestro nacimiento, somos personas innatamente creadas para soportar y sobrevivir las crisis.
Y sobrevivir de un problema o crisis no significa seguir respirando, sobrevivir es ser capaz de transformar cualquier crisis o cambio en una vida más llevadera y satisfactoria.

Personalmente pienso aparte de todo esto, que es fruto de mi poco aprendizaje hasta hoy,  nos cuesta desprendernos de lo que teníamos, por eso nos cuesta llegar a pensar que podemos llegar a obtener algo mejor de lo que teníamos.
Aquí termino esta actualización, pues es mucho lo que me queda por compartir y todo será nuevo y racional, pero no antes de irme te incitaré.
·No tengas miedo a lo venidero, no tengas miedo al presente. Todo lo que vivimos es bueno, ni la muerte de nuestro ser más querido es algo malo y oscuro, pues de ello aprendemos.
Por que así como nacimos solos, tomamos nuestras decisiones solos, moriremos solos. Las personas son solo un incentivo para querer seguir con vida. Para mi, el incentivo que me fuerza a seguir, es querer saber más, aprender. Pero para ello necesito de todos vosotros, tanto de los que aborrezco ver como de los que más felices me hacéis.

Ojala, ojala pudierais sentir lo que siento, si llegarais a sentir lo que siento, entenderíais de pleno, lo que nos fuerza a seguir lo cual descubrí. 

No entiendo por qué vino a mi esta sensación y este sentimiento tan... filosófico, pero lo que se, desde ya y desde mucho antes, que lo mío es filosofar y nunca lo dejaré atrás, ya que vino y tocó mi puerta le abriré toda mi casa en Bienvenida.

 

 Por que no vale solo oír o leer, hay que escuchar, entenderlo y lo más esencial para llegar a comprenderlo, vivirlo.