Quién iba a pensar, que en esta noche tan fría cogería tu mano mientras mi soberbia yacía a tres metros bajo tierra, junto a tu cuerpo inerte.
Vestido de luto vuela el cuervo alto, dejando atrás el rastro negro de sus plumas.
Lúgubre castillo brilla con sus antorchas negras, el ruido del silencio retumba cada rincón.
El viento fuerte arrecia y silba con fuerza.
La tormenta de nieve negra azotaba sin piedad los fuertes cimientos.
-El frío quema esta noche mi señor- pronunciaron sus labios agrietados y secos como la paja.
-El infierno desciende del cielo, me pregunto cuánto más tardará en arrasar lo poco que queda-
Sobre la vista que pueda alzar un velo negro cubre el cielo.
Ya la luz del sol incapaz es de filtrarse por la densa nube que apesta sobre el manto terrenal.
Una piña somos, compartimos un mismo cuerpo, dicho cuerpo nace del mismo árbol, dicho árbol nace del mismo suelo, dicho suelo da comida a ese árbol, dicho suelo nace del mismo mundo, en dicho mundo vivimos todos.
¿Se nos ha olvidado eso? Se nos ha olvidado que somos un grupo, que compartimos el mismo aire, la misma luz y la misma oscuridad.
Somos nosotros quienes enfermamos el planeta, es él quien aguanta con nosotros, quien enfermo, nos da comida, nos da calor, nos da oxígeno que respirar.
No demos más golpes sin razón... no entendéis, esto no es un mensaje para haceros saber lo que ya sabéis.
Es para que comprendáis, es para que razonéis.
No me deis razón, NO ENTENDÉIS.
No te extrañes si un cuervo, un oso, un alce, toca tu puerta gritándote y pidiendo cobijo pues no tiene donde pasar la noche o alimento por que no puede conseguirlo o agua pues la suya está envenenada o simplemente no tiene.
¿Actuar? todos tenemos que actuar, como un grupo, con un mismo objetivo, un mismo rumbo, un mismo comienzo y un mismo final.
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